Cuento de las Termas del Daymán


Un compañero de nuestra clase, llamado Tobias, compartió con nosotros una descripción de su viaje. Este trabajo es parte de lo que él trabaja mejorando su escritura en el Centro de Asistencia al Niño y al Adolescente(CAINA).




Termas de Daymán



El viernes 11 de octubre nos levantamos a la 2:20 para ir de viaje a Salto. Nos quedamos hasta el lunes 14. Viajamos en la camioneta de mi abuelo con capacidad para 9 personas. Eramos 9 pasajeros: yo era el mas chico, mi hermano Lucas, mi primo Justin, mi madre Vanesa, mi padre Fredy y 2 amigas de mi madre con sus maridos. Paramos en Paysandú a comprar bizcochos, colet y a estirar las piernas. Después seguimos de viaje, yendo más rápido porque mi padre quería llegar antes. De repente mi madre le avisó a mi padre, que estaba muy conversador, que bajara la velocidad porque había un radar y una cámara filmando.
Cuando llegamos a Salto buscamos la casa donde íbamos a quedarnos. Mi padre paró en la portera y apretó un botón pensando que era un timbre como cámara pero era una luz. Nosotros nos reímos de mi padre. Jajajajaja.
Era la segunda vez que iba a las Termas. Fuimos a las del
Daymán y las de Guabiyú. Yo no conocía las de Guabiyú que tenían piscinas cerradas, la grande de agua fría y tres chicas de agua caliente. A mi me gusta bañarme en agua fría y calentita. Yo pasaba casi todo el tiempo en las piscinas. A las 9:00 de la noche salía porque tenía hambre.                                     
El domingo de mañana recorrimos la feria de Salto. Yo llevé plata para comprarme una pelota, que de tarde me la robaron. Al día siguiente me compré otra pelota de $200. Más tarde regresamos a Canelones. Llegamos a las 10:00 de la noche a mi casa.
                                                      

                                                           Fin


Autores: Luis, Ezequiel, Damian, Eliana y Melina.


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